capitulo 27

 

Axel se mete en el ascensor. Está solo y puede desahogar su dolor.

--¡¡es vicioso ¡¡enfermo¡¡

La imagen de Raúl coqueteando a Cosme lo atormenta.

--¡¡se acostó con el imbécil de Guillermo y ahora va a hacer lo mismo con el imbécil de Cosme¡¡

Axel está muy dolido. Da golpes a la pared desesperado:

--¿¿¡¡porqué me he tenido que enamorar de un hombre así?¡¡¡sólo piensa en sexo, sexo y sexo¡¡ ¡es un golfo¡

El rostro del guapísimo chico está lleno de lágrimas.

Cosme devora con los ojos y las manos a Raúl. Raúl se deja hacer:

--no me has contestado ¿que cargo tienes en la empresa?

--¿y eso que importa? --jadea Cosme mientras besa a Raúl en el cuello.

--pues mucho porque me gusta saber con quien trato.

--soy el abogado de la empresa.

Raúl se aparta de él, lo mira con desprecio:

--¿un simple abogado?

Cosme lo estrecha contra su pecho con cara de depravado:

--pero eso no quita que nos podamos divertir.

--pero almenos tendrás acciones en esta empresa ¿no?

--ni una --dice Cosme agarrándolo del culo con las dos manos

Raúl lo golpea.

--¡cabrón¡

Ha sido un golpe duro. Le sangra la boca. Cosme se toca el labio sorprendido.

--¿¡¡y a ti que te pasa?¡¡¡estás loco¡¡

--¡¡a mi ningún muerto de hambre  me pone la mano encima¡¡

Raúl se va furioso, Cosme se queda en el despacho gritando:

--¡¡eres un loco¡¡¡enfermo¡¡desquiciado¡¡

Raúl se acerca a Adrián:

--¿no sabes si Axel tardará mucho?

Adrián lo mira con desprecio:

--tú no eres nada en esta empresa, no te tengo porque responder.

Raúl agarra del cuello a Adrián y muy furioso le dice:

--¡¡¡mira cretino, si sabes lo que te conviene me vas a responder¡¡

--¡¡recién se fue¡¡Llegó y lo vió con don Cosme y se fue¡¡ -- gime Adrián por la agresión. 

Raúl está furioso.

--¡¡mentira¡¡

--¡¡aún está en el ascensor¡¡

Raúl va corriendo. Adrián se toca el cuello porque Raúl lo ha lastimado:

--¿¡¡¡pero que es lo que se cree la gente que soy yo?¡¡.

Axel está desesperado bajando en el ascensor.

--¡¡no, no puedo permitir que ese golfo se acueste con ese imbécil en mi despacho¡¡

Raúl está delante del ascensor:

--¡¡maldito inoportuno, porque has tenido que llegar ahora¡¡

También tiene rabia contra él mismo

--¡¡Axel es un cheque al portador, es tu futuro¡¡tienes que cuidarlo¡¡

A Raúl le urge hablar con él y a pesar que son varias plantas baja corriendo. Axel tiene ganas de enfrentarse a Raúl pero también está demasiado lastimado y no se atreve. Sólo quiere huir. Al estar en la calle ve a Luis al que antes había ignorado. Se le acerca . Aunque está dolido y trata de ignorarlo, Luis suspira y se estremece al tener a ese hombre tan guapo delante. Axel se da cuenta que Luis lo mira molesto y decide que no se le va a acercar aunque está desesperado y es lo que necesita para desahogarse. Al ver que se va, Luis siente deseos de llamarlo, se arrepiente de haberlo mirado mal. Le gusta demasiado el hombre y con tal de tenerlo cerca le dice:

--¡¡te regalo una empanada¡¡

Axel se le acerca muy seductor. Luis se derrite al tenerlo delante.

--gracias, te la acepto pero con una condición... vamos a tu departamento.

Axel lo mira con cara de degenerado aunque Luis disfruta mucho en la cama con él le duele que lo utilice:

--pero es que...

Axel pone cara de bueno:

--¿no quieres?

Luis siente que el corazón se le va a salir por la garganta.

--¡¡claro que sí, todo el mundo quiere contigo¡

Axel sonríe  con orgullo. Le gusta como lo mira Luis, le hace sentirse superior.

Raúl baja las escaleras con desesperación:

--¡¡no voy a llegar nunca¡¡¡no puedo dejar escapar a ese buenorro que además es un saco de dólares¡¡

Al darse cuenta que el ascensor ya esta libre se mete con la esperanza que Axel aún está cerca.

Axel y Luis están ya en el auto de Axel. Luis lo mira fascinado.

--¿no te vas a comer la empanada?

--después del sexo siempre me entra hambre.

Luis lo mira con cierta timidez:

--si quieres te la puedes comer en la cama, siempre que lo hacemos después te vas de prisa y me gustaría tenerte un rato para mi.

Axel no dice nada, sólo sonríe y Luis suspira enamorado. Justo cuando el coche se pone en marcha Raúl sale de la empresa. Alcanza a reconocer al auto de Axel pero no ve que está acompañado.

--¡¡que rabía¡¡ --Raul.

El hombre llega a su casa vencido. Se nota que está enojado.

--¿pasó algo, hijo?

--¿que haces aquí, papá?

El padre la mira sorprendida:

--vivo aquí ¿recuerdas? almenos hasta que nos echen.

Raúl fuerza una sonrisa:

--lo sé pero es que nunca estás a esta hora.

--pero es que ahora no no tengo nada qué hacer y ahora responde a mi ¿que te pasa?

--a mi nada.

--¿no van las cosas bien?¿no habrás estropeado las cosas con ese chico? Mira que es muy importante.

Por la cara de Raúl Enrique se da cuenta que así es pero Raúl lo niega:

--¡¡para nada. Axel y yo nos casamos este fin de semana¡¡

--escucha, hijo, tampoco hace falta que apresures las cosas no lo vayas a estropear.

A Raúl no le gusta perder así que dice:

--¡¡Axel y yo nos casamos este fin de semana¡¡

Raúl saca unos papeles que lleva dentro del pantalón. En la parte de atrás.

--¡¡aquí estan los papeles de Axel, habla con tu amigo el juez para que nos pueda casar enseguida¡¡

Enrique mira la documentación de Axel atentamente:

--vaya, me tendrás que disculpar porque yo no confiaba mucho en fin que si te dio sus papeles es porque lo vuestro va en serio ¡felicidades hijo¡¡

--si claro. Él me los dio. No vas a pensar que me metí en su despacho y le robé sus papeles --dice Raúl nervioso.

--¡estoy muy orgulloso de ti¡¡

El padre está tan feliz seguro que ya todos sus problemas se han solucionado que no se da cuenta de la cara de angustia de su hijo.

--¿que te parece si mañana en la noche tu prometido viene a cenar a casa y hablamos de la boda?

--¿Mañana?

--si claro, tenemos que ponernos de acuerdo en muchas cosas.

--pero es que la boda será tan sencilla. No hay que planear nada y no le vayas a hablar de negocios no lo vayas a estropear.

Raúl fuerza una sonrisa. No quiere que su padre se dé cuenta que las cosas con Axel no está precisamente bien. En ese momento él se encuentra desnudo en la cama con Luis.  Unidos en un solo cuerpo los dos retozan como bestias.