martes, 17 de noviembre de 2020

capitulo 2

 










Marcos aparece como expulsado por el agua. Es una criatura marina de una belleza perfecta. Emilio casi se muere de la impresión, jamás pensó ver a un hombre tan guapo encuerado y menos que ese hombre fuera su amigo. Marcos está ya fuera del agua. Se siente el dueño del mundo.

--¡¡funcionó¡¡funcionó¡

Marcos da saltos de alegría. Emilio va siguiendo excitado cada milímetro del cuerpo escultural de su amigo. Es todo perfección.

--¡¡es increible¡¡ --jadea Emilio.

Marcos mira hacia abajo con orgullo:

--¡¡se me cumplió todo todito... estos son por lo menos los 22 centímetros que pedí¡Ahora tengo un armamento de primera. ¡¡tengo que aprender a disparar bien¡

--Lo vas a hacer... claro que si.

Emilio aún no puede creer que lo que esté viendo sea verdad, que su amigo se haya transformado en ese hombre tan guapo.

--¡es un milagro --Marcos feliz.

Marcos sonríe muy seductor se va mirando las manos, los brazos, todo por donde puede mirar:

--¡mira que musculatora!

Se va acariciando la cara:

--¡¡tengo que verme en un espejo¡¡tengo que verme¡¡

Emilio lo mira maravillado:

--no hace falta, ya te digo yo. Quedaste perfecto. Con tu físico y con tu buen corazón ahora sí que ningún chico se te va a negar. Ninguno.

Sin pensar en que su amigo no le ve sólo con ojos de amigo lo abraza. Emilio arde. Siente todo el cuerpo desnudo de su amigo pegado a él y es más de lo que puede resistir. Se aparta porque le gusta demasiado y porque no quiere que su amigo se de cuenta de lo excitado que está. Marcos se sorprende del rechazo de su amigo:

--ora... ¿a ti que te pasa? pensé que te gustaban mis abrazos.

Emilio está muy sofocado y es que no puede pensar en nada más, sólo en ese hombre tan guapisimo y desnudo que tiene delante.

--es que... es que...

Emilio tartamudea, no le salen las palabras.

--¿que pasa?

--es que... es que.

--¡¡acaba ya de hablar¡¡

Ese amor, ese deseo loco que está sintiendo por su amigo lo está quemando. Toma la ropa de él y le dice:

--por favor... vistete... no puedes andar así.

A Marcos le encanta estar desnudo:

--pero si no hay nadie... además... si viene alguien... ¡¡que admire¡¡que admire este cuerpazo diez que tengo¡¡¿ o no soy un monumento? --dice Marcos divertido y luciendo con orgullo su cuerpo.

--no es decente.

Al ver que su amigo está incómodo, Marcos agarra su ropa:

--me has visto desnudo muchas veces. No sé cual es el problema ahora.

--es que no eres tú... eres muy diferente. Me cuesta creer que seas Marcos.

Marcos acaricia cariñosamente a su amigo en las mejillas y Emilio muere de amor:

--detrás de este cuerpo está el Marcos que te quiere, tu hermano. Jamás olvidaré este favor que me has hecho. Tú podrías ahora estar así ¿te arrepientes?

Emilio suspira enamorado:

--no, claro que no. Si yo te puedo ayudar a ser feliz. Mejor que mejor.

--eso espero. No me gustaría lastimarte, no me gustaria que te arrepintieras de esto.

Marcos pierde de vista un momento a su amigo para ponerse la camiseta, Emilio lo mira de una forma descarada entonces y murmura:

--es que nunca imaginé que esto fuera a ser tan beneficioso para mi... aunque no vayas a ser para mi¡¡jamás imaginé que podría contemplar algo tan bello¡¡

--¿decías? --pregunta Marcos que ya se ha colocado la camiseta que le va muy ajustada.

Emilio mira con deseo los marcados pectorales de él. Marcos no se puede abrochar los pantalones. Su ropa le va muy estrecha.

--¿y ahora que hago?

--es que eres otro. Me parece que ahora si vas a tener que aceptar mi dinero. Vamos a la casa a buscarte un chandal de los empleados y luego te tendremos que comprar ropa. A partir de ahora tendrás que cambiar de vida.

--me muero por mirarme en un espejo --ansioso.

Emilio toma de la arena la hoja del hechizo:

--acuerdate que a la que te mojes volverás a ser el de antes y tendrás que venir aqui.

--¿y eso será así? ¿ni siquiera podré lavarme la cara?

--es lo que dice aquí.

--Ni modo. Menos mal que tu hacienda no está lejos. Espero que nunca me transforme delante de nadie.

--ahora por lo pronto vamos a comprar ropa. Siempre he deseado ir de compras pero siempre se ríen de mi. Ahora almenos podré gastar en ti.

--te juro que te lo voy a devolver todo lo que gastes en mi.

--bueno, de eso ya hablaremos luego. Lo más importante es que tengas ropa conforme a tu nuevo fisico. Un monumento como tú no puede ir vestido de cualquier manera.

Emilio tiene que hacer un gran esfuerzo para que a cada paso no se le note lo mucho que le gusta su amigo. En especial con su nuevo fisico.

--bueno, pero tampoco podemos gastar mucho, ya sabes que a mi vieja no le gusta que acepte tu dinero.

--ya pero creo que no has pensado en eso.

--¿en qué?

--¿¿que le vas a decir a tu madre?¿crees que ella va a creer lo que le cuentes?

--¿y entonces?

--bueno... nada es perfecto. Tendrás que tener doble vida. En las mañanas tu mamá te verá como el Marcos de siempre y luego cuando salgas seras otro, como todos los días te tendrás que lavar pues no creo que Providencia te vaya a echar de menos. Será imposible que te reconozca así. Podemos decir que eres un primo mio que ha venido de visita. Así no se podrá quejar en que vivas como yo. Tú sabes que no tengo a nadie más y que yo siempre he querido que lo tuyo sea mio.

Marcos choca las manos de su amigo con emoción:

--¡¡gracias, de corazon, gracias¡¡

Marcos vuelve a abrazar a su amigo, siente su cariño. Le agradece su apoyo. Emilio tiembla, Marcos no imagina que lo ama. Marcos abraza por los hombros a su amigo, está muy contento. Emilio siente escalofrios por estar en sus brazos.


Los dos amigos llegan a la casa.

--menos mal que los pocos empleados que hay no nos vieron entrar. Te voy a buscar algo de ropa y ahora vengo.

--aqui te espero.

Mientras Emilio se va, Marcos corre a mirarse a un espejo que hay entre las dos salas. Le gusta mucho lo que ve aunque no se reconoce:

--¿y tú quien eres? --dice divertido.

Marcos se acaricia el rostro, se da la vuelta para tratar de mirarse detrás. Se mira de perfil.

--¡¡soy perfecto¡¡

Piensa con deseo en el motero que conoció:

--la proxima vez que me veas no te vas a reir de mi, de eso estoy seguro.

Marcos alza sus brazos feliz. Está muy excitado de pensar que podrá tener al hombre que él desee:

--esa papito rico se va a volver loco¡¡por fin voy a saber lo que es ser amado de verdad¡¡

Marcos no se da cuenta que de lejos Emilio lo está admirando. No se cansa de mirarlo.

--es de verdad. Aunque sea producto de un hechizo ¡¡es el hombre más guapo del mundo¡¡ojalá pudiera hacer que fuera para mi¡¡

Emilio se resigna, sabe que eso nunca pasaré:

--me basta con ser su amigo y con ayudarlo a ser feliz.

Emilio está contento de ver a su amigo tan feliz con su nuevo cuerpo. Emilio tiembla al acercarse. Le pone demasiado nervioso el nuevo cuerpo de su amigo. Emilio se acerca con un chandal que le da a su amigo. Marcos se lo iba a poner ahí mismo pero cuando se da cuando que está por sacarse la camiseta, Emilio lo para en seguida y es que no cree poder resistir verlo desnudo otra vez.

--por favor, vete a la habitación.

--pero si no hay nadie en la casa.

--¡¡pero puede llegar¡¡¿y que van a pensar?

Marcos ríe divertido:

--ya sé lo que te pasa a ti. Lo que pasa es que tienes envidia y por eso te da vergüenza verme desnudo pero es tu culpa, esto te pudo pasar a ti.

Emilio trata de ocultar sus nervios:

--anda, vete a cambiar.

Cuando Emilio se queda solo, no puede evitar sonrerir y suspira enamorado.

--lo amo, lo amo.

Marcos no tarda en salir:

--sabes... estaba pensando... Si no sé nada del motero ¿como lo encontraré?

--si no es él, que sea otro.

--¿y que tal con el libro de la abuela? no me ayudaría?

A los dos amigos les tiembla la piel al ver que el libro, que está encima de la mesa, se vuelven a mover las hojas. Tragan saliva.


















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