jueves, 19 de noviembre de 2020

Capitulo 24

 




Guillermo se siente muy satisfecho por estar poseyendo a Raúl, tenerlo era cuestión de orgullo y se siente muy feliz. Por su lado Raúl está excitado de hacerlo en esa misma mesa de Axel. Por su lado Axel está con David y está apunto de besarlo. Axel siente el deseo de David. Se deja llevar. David por un momento se olvida que es un negocio y es que Axel es un hombre irresistible pero nada es más importante que su misión. Se aparta de él.

--¡¡no¡¡¿¿que te has creído? --dice David sofocado.

--¿que pasó?  --pregunta Axel perplejo.

El sofoco de David es real porque desea acostarse con ese chico tan guapo pero aprovecha para hacer teatro.

--que pena contigo. Si me regalaste el reloj para llevarme a la cama, será mejor que te lo lleves --dice David sacándose el reloj y poniéndolo en manos de Axel.

--pero es que...

Axel está en shock. No entiende qué pasa. El deseo de David era muy evidente. David se hace el inocente:

--siento si te he dado una mala impresión pero no vayas tan rápido.

Axel se lleva las manos a la cabeza y es que se ha quedado con las ganas. Habla sofocado.

--es que yo creí que esto es lo que tú querías. Yo...

David lo interrumpe. Se muestra afligido:

--soy un tonto, parece que nací ayer, que no conozco a los hombres ¡¡claro debí imaginar que un hombre no regala algo tan caro sólo por agradecimiento laboral ¡¡tú lo que querías era acostarte conmigo¡¡¿¿cómo has podido?¿¿qué te has creído que soy yo?¡¡¡ ¡¡yo no soy una putita¡¡¡yo te invité a mi departamento para que estuvieras tranquilo y poder enseñarte a ser un buen presidente ¡¡pero yo no me vendo por un cochino reloj¡¡que vergüenza¡¡ ¡debería darte vergüenza¡¡¡dar regalos para cogerte a tus empleados ¡ ¡que vergüenza¡

David habla con reproche, hace sentir a Axel culpable a parte de confundido. Se ha quedado boquiabierto y con el reloj en la mano. No sabe qué hacer. David le cierra el puño. Aunque se muestra ofendido está  muy divertido. Tiene a Axel dónde quería y eso es un triunfo para él

--yo de verás... que pena contigo --Axel habla nervioso. No sabe qué decir

Axel está muy avergonzado. Cree que su inexperiencia le ha jugado una mala pasada. Ha tenido mucho sexo pero pagando y no sabe nada de como debe relacionarse y tener una relación normal con un hombre. Se siente casi más humillado que con Raúl.

--que pena contigo. Espero que esto no afecta a la empresa y que no se lo digas a nadie --Axel.

El chico está muy sofocado, desearía que la tierra lo tragase. David se hace el mártir:

--tu ofensa me ha hecho mucho daño. Me has hecho sentir poca cosa, que no valgo nada, que no valoras mi trabajo. Me costará olvidarlo pero tranquilo, con ese reloj seguro que alguno de los empleaduchos se acostará contigo. Pero yo soy demasiado hombre como para eso.

Axel desea que la tierra se lo trague. Está pasando muy mal momento.

--No de verás. Toma este reloj. No te lo compré a cambio de nada, sólo quería ser amable, ser tu amigo.

Axel extiende su mano abierta y le ofrece el reloj pero David le vuelve a cerrar el puño.

--tú y yo tenemos conceptos diferentes de lo que es la amistad. Llévate tu cochino reloj, porque seguro que más pronto que tarde me lo querrás cobrar.

--no me hagas sentir mal --Axel angustiado.

--Más mal que siento yo. Por favor, vete. No me humilles más.

David llora bastante teatreramente.  Axel no sabe qué hacer. Lo cree sincero.

--¡Vete¡¡ --le exige David.

Axel no sabe cómo disculparse, se va sin atreverse a mirar a David a la cara. Nada más cerrarse la puerta, David ríe como un

loco. Axel se queda en la puerta sin saber que hacer con lo que siente, con el reloj. Se siente faltal.

--¡¡soy un imbécil¡¡Eso me pasa por querer jugar al supermacho¡¡a ver si ahora me voy a quedar sin los dos¡¡¡ De nada me sirve tener un buen físico sino sé nada de hombres y no hago más que meter la pata. Ojala tuviera aquí el libro, le pediría desaparecer.

En ese momento se hace una gran luz y frente a él aparece el libro de la abuela de Emilio. Después del susto viene la sorpresa:

--¿¿¡pero que es todo esto?¡¡¡este libro tiene vida propia¡¡

El chico mira a su alrededor para asegurarse que nadie lo ve. Se agacha:

--bueno... a ver que me cuenta el libro.

Y antes que diga nada se abre el libro por una página en concreto.

--a ver si con esto me traga la tierra --dice algo asustado.

Mira el libro sorprendido:

--¿¿pero qué clase de broma es esta? ¡¡no es por ofenderte, Libro, pero te equivocaste. A mi esto no me sirve de nada¡¡¡Hechizo para agudizar el oido  ¡¡que tonteria¡¡¡ni que estuviera sordo¡

pasa página pero de repente el libre de cierra. Se abre en esa misma página. Axel luego a cerrar:

--¡¡que no¡¡que ahora no¡¡¡te has equivocado, Libro¡¡

Y una  vez más el libro se abre  y sigue poniendo esa pagina. Axel resopla.

--¡¡está bien ganaste¡¡ Eres de un testarudo. No sé quien está detrás de ti pero como sea la abuela de Emilio... ¡¡menuda es¡¡

En cuclillas lee lo que pone esa página:

--oír lo que no puedo oir, muéstrame lo que debo saber y es a mi convenir. Lo que es y no sé que sea y yo sepa.

Luego se levanta,

--¿¿que es todo esto? ¿que se supone que tiene que pasar ahora libro?

En un resplandor igual al que cubre a Axel en su transformación el libro desaparece. Axel  se queda tras la puerta del apartamento de David.

--¿¿y que se supone que tiene qué pasar? ¡¡yo me sigo sintiendo tan estúpido y más ahora que oigo a David reirse como loco¡¡seguro que se ríe de mi¡¡

De repente se da cuenta que antes no oía a David.

--Un momento... Por lo que no puedo oir ¡¡esto es lo que ha hecho el hechizo¡¡

Oye a David reirse con tanto desprecio que lo lastima. Está muy herido:

--¡¡ahora sí, Libro, te luciste¡¡yo lo que quería era sentirme mejor, no peor¡¡

Axel se aleja pero oye perfectamente a David incluso con los oidos tapados:

--¿porque el Libro me hace esto? él nunca me ha fallado.

De repente se para:

--David se veía tan apenado ¿¡como es posible que ahora se ría así?

David habla mientras toma una copa, imposible de imaginar de la magia que envuelve a Axel y del hechizo que le está permitiendo escuchar todo lo que dice David como si lo tuviera enfrente.

--Pobre tonto¡¡¿cómo es posible que siendo tan guapo sepa tan poco de hombres?¡¡ ¡se ha tragado el cuento de mi inocencia, de qué estaba apenado¡¡

A Axel le duele mucho la forma tan despectiva en la que David se refiere a él. No entiende porque es así.

--Con el truco ese de devolverle el reloj, lo he convencido¡¡poco a mi me importa ese reloj, yo lo que quiero todo lo que es suyo¡¡Va ser tan fácil sacarle a ese imbécil todo lo que tiene¡¡voy a ser su esposo y lo voy a dejar en la calle¡¡ ¡es tan tonto, como guapísimo¡ ¡lo voy a seguir calentando y dejándolo con las ganas¡ ¡lo voy a volver loco de amor y lo dejaré en la ruina¡

De repente ya no oye nada. Ya todo está oído. Axel llora. Da un golpe a la pared desesperado y se mete en su auto. Sollozando llama a Emilio:

--hermano, te necesito.

--¿que te pasa? ¡¡no me asustes¡¡

--ven, por favor.

--¿donde estás?

Axel cita a Emilio en un parque que hay cerca de la mansión. Emilio ve llegar a Axel muy abatido. Se abrazan.

--¿que es lo que te pasa?

Axel abraza a Emilio lloroso. Emilio se muere por acariciarlo, por besarlo. Siente a Axel como un animal herido en sus brazos y más que nunca siente que lo ama y desea protegerlo




Raúl y Guillermo encerrados en Presidencia se han dejado llevar por sus instintos más salvajes. Después mientras se arreglan la ropa se miran y no se dicen nada. Guillermo se sube la cremallera. Ya se siente satisfecho. Sale del despacho. Nada más salir Adrián lo abofetea con rabia:

--¡¡eres un cerdo¡¡¿cómo me has hecho esto?¡¡

Adrián y Guillermo se miran con mucha rabia y Guillermo lo besa de pronto. Adrián responde. Después de un beso de fuego que los ha unido, Guillermo se aparta de él. Lo mira molesto. Luego se va, Adrián se queda desconcertado.

--ningún hombre me había besado así --dice acariciándose el labio.


Raúl está en el baño. Recuerda con deseo cuando ha visto a Axel. Se lava un poco la cara. Se siente más tranquilo:

--esta ha sido mi venganza. Me he acostado con otro en tu escritorio aunque ni tu mismo lo sepas. Es mi manera de humillarte. De cobrarte tu humillación. Ahora lograré que tú seas mío.


Emilio y Axel hablan sentados en el parque.

--¡¡nunca debí querer ser otro¡¡esto es un infierno¡¡David me estaba seduciendo por la plata¡¡

--¡¡ese hombre nunca me gustó pero ¿¿cómo supiste??

--¡¡no importa, fue horrible y seguro que Raúl me quiere para lo mismo¡¡

--eso no lo sabes.

--¡¡Nadie quiere a Axel más que por su dinero¡¡ --Axel.

--no digas eso, cualquier hombre amaría a Axel aunque no tuviera dinero.

--¡¡pues David no opina igual y Raúl quiere un marido rico¡¡le daba igual tú o yo¡¡ --Axel.

--Raúl puede ser ambicioso pero se acostó contigo sin saber cuán rico eres.

--¡¡pero seguro que nunca tendría nada serio conmigo¡¡--Axel.

--Si tú lo amas ves a por todas.

--¡¡esto fue un error, nunca debí querer ser otro¡¡

--¿a caso eras feliz como Marcos?

--¡¡No pero sí de igual manera se iban a reír de mi¡¡¿para que está mentira?

--¿de verdad crees que no ha merecido la pena? ¿no quieres tener una oportunidad de conquistar a Raúl?

--es que no quiero descubrir que es otro David¡¡ya lo he decidido¡ --solloza Axel con los ojos inyectados de sangre.

Axel va decidido a una fuente:

--me mojaré y no volveré al lago ¡no quiero volver a ser Axel¡¡










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