jueves, 19 de noviembre de 2020

capitulo 26






 

Axel se golpea los puños:

--¡¡fue mi culpa¡¡yo sabía que estaba celoso¡¡¡no debí irme con el otro ¡¡¡lo estropeé todo¡¡

-- si Raúl tuvo rabia es buena señal, que no te humille más.

--pero se acostó con otro ¿qué clase de hombre es? --Axel celoso.

--lo que tienes que hacer es hablar con él.

--No puedo--dice Axel lloroso-- no podría olvidar que se acostó con ese imbécil

--lo más importante es que tú seas feliz.

Axel se pone la mano en el bolsillo y se saca el reloj que comprara:

--¿que hago con esto?-- Axel muestra el reloj.-- tiré tu dinero para nada.

--El dinero para eso está.

--si mi vieja se entera se muere. No le gustaría saber que derrocho tu patrimonio.

--ahora también es tuyo y yo feliz de que lo disfrutes.

Axel lo mira con cariño se lo agradece pero sigue sin saber que hacer con el reloj. Le molesta verla.

--regaláselo a Raúl --Emilio.

--no le voy a regalar algo que compré para otro.

--es una buena manera de demostrarte si es interesado. Si lo prefieres te lo quedas tú y a él le compras otra cosa, puedes gastar todo lo que quieras.

--No estoy seguro que Raúl se lo merezca y en todo caso no, yo quiero para Raúl algo especial.

--Raúl te interesa, arriesgate, lucha por él. Regálale algo especial.  Le puedes regalar una joya antigua. Eso gusta mucho. Le dices que era tu bisabuelo

--Ya y de donde saco una joya asi. No vale cualquiera, tiene que ser algo de categoría y mi abuelo era carpintero.

--¿porque no le regalas alguna de las joyas que tengo en casa?

--¿las de tu padre?

--Axel podría usarlas. Mi padre tenía muchas cosas de oro. Anillos, cruces, gemelos, broches, relojes de bolsillo, mecheros, alfiles. Y muchas cosas. Todo con siglos de historia. De sus antepasados y los de mi madre. Que Axel use las que quieras y otras se les regalas a Raúl. Le puedes decir que son de tus antepasados. Así verá que lo valoras y por otro lado si es ambicioso seguirá a tu lado y estoy seguro que Axel sabrá como enamorarlo.

--pero no sé, una joya de tu familia ¿y si luego no te la devuelve?

--piénsalo. Vale la pena arriesgarlo. Yo no voy a tener hijos y Axel es mi primo y todo lo mío es suyo.

De repente Axel se queda pensando. A Emilio le encanta tenerlo cerca. Suspira enamorado. Mira a Axel con mucho cariño:

--¿te pasa algo, Axel?

A Axel se le ha ocurrido algo:

--oye y ¿tú tienes guardadas todas las joyas de tu familia?

--si claro, es una fortuna.

--si pero digo en la casa.

--bueno... no... creo que las más valiosas están en el banco. Si quieres podemos ir a sacarlas aunque yo creo que en las cajas fuertes de la casa hay muy bonitas.

Axel habla con ansiedad, como si sintiera que de ello depende su felicidad:

--¿recuerdas la hebilla de oro?

--No sé... no.

--Sí, era una de oro que tenía incrustados rubies, zamiros y esmeraldas.

--¿y dónde lo vistes?¿era de mi padre?

--tu abuela nos la enseñó una vez en la hacienda ¿¿¡no lo recuerdas?¡¡ dijo que tenía siglos de historia, que todos tus antepasados la habían usado para conquistar al hombre que amaban.

--si... me suena ¿era igual que el escudo que hay en el libro de mi abuela?

Axel se emociona porque siente que está muy cerca de conseguir lo que quiere:

--¡¡exacto¡¡¡ ¡Era una hebilla preciosa, yo creo que a cualquiera le volvería loco y si tú no lo vas a usar... Aunque tal vez sea abusar¡¡

--No, claro que no. Nada mejor que en tus manos para continuar con la tradición. Es tuya. Te la regalo a ti.

Es una hebilla de oro que todas las mujeres de su familia le han regalado al hombre que aman. A Emilio le hace ilusión seguir con esa tradición. Le hace feliz regalar esa hebilla al hombre que ama. Marcos no se da cuenta de la simbología con la que Emilio le regala esa joya.

Axel está muy pensativo tratando de recordar cualquier detalle  pues piensa que tal vez ahí esté la clave de su felicidad:

--Yo recuerdo que un día nos lo enseñó. Nos dijo que era mágica y que sólo podría entregarse a la persona que le corresponde, que la hebilla nos indicaría si estamos equivocados o no con la persona elegida.

--Ya sabes que mi abuela siempre decía cosas así de raras.

--¡¡ya pero yo soy la prueba que no se equivocó¡¡

--¿en que estás pensando?

--No sé, que tal vez sea parte del hechizo. Ese hechizo me ayudará a tener a Raúl.

--No creo que a un hombre como Axel le haga falta recurrir a la brujería para conquistar a nadie. Lo que te sobran son armas.

Axel sonríe coqueto y su amigo se derrite.

--gracias, hermano, pero no me refiero a eso. A mi siempre me extrañó que mi abuela nos tratara a los dos por igual. Con el libro, con la hebilla. Hablaba como si la cosa fuera con los dos.

--No sé, si mi abuela tenía poderes especiales sabría lo importante que sería para mi tu felicidad y que te dejaría a ti ser el hombre de agua.

--Puede ser. Recuerdo que nos dijo que esa hebilla nos ayudaría en el amor.

--puede ser, a mi ya me has convencido.

--¡¡vamos, vamos a la hacienda¡¡¿¿dónde está esa hebilla?

--No sé pero mi abuela se llevó las joyas de más valor. Si era tan antiguo seguro que está en el banco.

--¡¡yo estoy seguro que la hebilla y el libro están unidos¡Esa hebilla está en el hacienda¡¡

Axel da un golpe en el hombro a su amigo animado:

--¡¡¿vamos?¡

--si esa hebilla es tan importante, yo lo busco en la casa y tú en la hacienda.

--¿que pasa es que no quieres venir conmigo? --Axel.

Emilio suspira enamorado. Se muere por él y le encanta estar con él, sólo hacia esa propuesta por ir más rápido:

--No, claro que me gustaria ir contigo pero...

Axel no lo deja seguir:

--nada de peros. Yo estoy seguro que está en la hacienda. No tiene sentido que no vengas conmigo.

Axel se levanta. A Emilio le enloquece las curvas de ese hombre tan guapo. Axel le pone las manos en los hombros, Emilio tiembla. Muere de amor y deseo. Los dos van juntos hacia el lujoso coche de Axel.


Los dos amigos llegan rápidamente a la hacienda. Salen del auto.

--yo busco en la recámara de mi abuela tú...

Axel interrumpe a Emilio.

--No hace falta. Mira.

Axel señala sonriente dónde está el libro. Emilio tiembla. El libro está abierto sobre su atril y encima está la hebilla. Axel va hacia él, Emilio le agarra del brazo:

--esto cada vez da más miedo. No te acerques. A ver si va a ser una trampa.

--¿si ya de tu abuela? --dice Axel despreocupado.

--Nadie no humano pudo dejar esa hebilla ahí.

Axel se ríe de él:

--¿y cómo alguien iba a saber que yo quería esta hebilla? Además está hacienda está casi abandonada. En la casa desde luego sólo entramos nosotros.

--si pero ¿que explicación le das a que esa hebilla esté sobre el libro justo cuando tú me preguntas por ella?

--¿y que explicación le das tú a que yo sea este hombre que ves? --dice Axel con ironía.

Emilio se lleva las manos a la cabeza. Axel agarra la hebilla y la besa:

--¡¡sabia que no me ibas a fallar¡¡

Emilio no se atreve a acercarse. 

--Emilio que no pasa nada, ven.

Emilio se coloca justo detrás de Axel que está leyendo el lbro.

--parece que para que la hebilla no falle hay que decir un hechizo.

Emilio se mantiene detrás de su amado. Axel memoriza el hechizo, cierra los ojos y con la hebilla en las manos dice levantándola:

--que sea para quien sea y que para quien no sea le huya y que para quien sea le ate.

Después Axel se guarda la hebilla en el bolsillo:

--y ahora a comprobar que Raúl sí es el dueño de mi corazón y de este hebilla.

Aunque Emilio está feliz por la felicidad del guapo Axel siente algo de celos y tristeza por tener que tragarse todo ese amor que siente.


Axel entra en la empresa veloz. Ha dejado a Emilio en el camino y hasta ya se le ha olvidado lo que recién supo de Raúl. Está dispuesto a darle una nueva oportunidad. Pregunta ansioso a Adrián si Raúl sigue en Presidencia. Adrián le dice que don Cosme está con él lo que enciende los celos de Axel.

--¿qué hace un bombon como tú esperando un tipo como ese? --Cosme seductor.

--¿que cargo tienes en la empresa? --Raúl coqueto.

Axel los estaba mirando sin que ellos se dieran cuenta. Al guapisimo hombre le duele el comportamiento de Raúl y se va.







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