jueves, 19 de noviembre de 2020

capitulo 29

 

Emilio y Marcos siguen hablando. Marcos tiene la hebilla en la mano.

--¿en que piensas? --le pregunta Emilio a Marcos que se ha quedado callado mirando la hebilla.

--En todo lo que me ha pasado en estos últimos dias. Yo jamás creí en la magia y ahora de repente estoy en medio de ella. La magia me ha convertido en otro hombre totalmente diferente al que soy en realidad, gracias a la magia estoy haciendo cosas que antes sólo soñé.

--Yo estoy seguro que todo esto tiene un porqué. Yo creo que toda esta magia está destinada a que tú encuentres el amor --Emilio.

Marcos mira a su amigo con cariño:

--¿y qué pasa contigo?

--¿qué conmigo?

--Eso digo yo. Es que sólo te preocupas por mi y ¿tú? ¿piensas seguir solo toda la vida?

--Ya sabes que eso no depende de mi.

--Tal vez pero no debes estar tan pendiente de mi. Si incluso los hechizos de tu familia que deberían estar dirigidos hacia ti están dirigidos a mi ¿porqué la magia de tu familia me tendría que ayudar a mi a encontrar el amor?

Emilio lo mira enamorado y dice para si:

--porque yo no necesito magia para saber que mi amor eres tú pero también sé que tú nunca serás para mi. La magia está para ayudar a quien la necesita y yo  sólo necesito que tú seas feliz para serlo yo.

--¿en que estás pensando, Emilio?

--En todo esto de la magia, de la hebilla ¿cómo una hebilla puede dar calambre?

--es algo que yo no dejo de preguntarme y aunque ya me estoy acostumbrado a no hacer preguntas, estoy deseando ver que reacción tiene esta hebilla con Raúl. Mañana sabré si él es el hombre de mi vida o no.

--y si no lo es ¿qué?

--Creo que lo peor será preguntarme que pasa si lo es. Porque no debo olvidar que te besó, que se acostó con el imbecil de Guillermo y le coquetea a Cosme. Aunque me duela decirlo es un vicioso de lo peor.

Por el rostro de Marcos desfila unas lágrimas. Emilio acaricia las mejillas de su amado amigo para secarle las lágrimas:

--yo estoy seguro que tú eres capaz de ganarte el amor de Raúl. No hay nada que un hombre con el cuerpo de Axel y el corazón de Marcos no pueda hacer. Ya veras que por más potro salvaje que sea tú lo vas a domar.

Marcos mira a su amigo muy triste:

--tú lo has dicho el cuerpo de Axel, no Marcos ¿qué puede esperar Marcos de la vida?¿cómo voy a encontrar el amor con engaños? ¿de qué me va a servir que Axel enamore a Raúl si cada vez que me moje seré Marcos?¿cómo haré para que Raúl no me descubra?

--Es magia Marcos y a la magia nada se le escapa. No debes pensar, debes ver un premio que te ha dado la vida en esto que te está pasando. Estás viviendo otra vida, un sueño.

--una vida que no me corresponde --solloza.

--¡¡claro que sí te corresponde porque detrás del cuerpo escultural de Axel está el Marcos de siempre¡¡ Esto que te ha pasado, toda esta locura del libro, del hombre de agua, es un regalo de mis antepasados para ti, un regalo de mi abuela.  Mi abuela sabía lo importante que eres para mi, además ella te quería mucho. Ella jamás habría mandado algo que fuera malo para ti y tú siempre has dicho que mi abuela está detrás de todo esto ¿no?

--así es. Ella nos habló del libro, de la hebilla. Sin sus historias nunca habría existido esta magia que es ahora mi vida.

Marcos se va animando y Emilio trata que olvide todos sus temores:

--pues ya hazme caso y disfruta. No sabemos lo que nos depare el futuro, que misterios más nos tendrá preparado el libro. No puedes estar seguro que el hechizo fuera para toda la vida  ¿o sí?

--pues yo creo que sí ¡¡pero tienes razón¡¡ Antes me la pasaba amargado porque era feo y torpe y todos se reían de mi y ahora tengo la oportunidad de demostrar lo que valgo. A mi me gusta Raúl y tengo que saber si tengo posibilidades con él. Soy demasiado poco hombre para él, no lo puedo juzgar por estar con otros cuando no le sé dar lo que él necesita en la cama. Pero gracias a esta hebilla sabré si merece la pena. Yo confío mucho en el libro y sé que no me va a fallar. De una forma u otra siempre me marca el camino y ahora no será diferente. Esta hebilla no da calambre. Esta claro que Luis no es el hombre para mi.

--pobre, yo creo que él sí te haría feliz.

--puede ser, pero aunque me hace sentir bien no me llena como Raúl.

--¿y no será sólo algo físico?

--No lo creo. Raúl me hace hervir la sangre pero no tengo derecho a juzgarlo cuando me acuesto con Luis cada vez que se me pega la gana. Tal vez esté mal que acuda a él sólo para desahogarme pero...

Emilio no lo deja seguir:

--No creo que Luis tenga de qué quejarse. En su vida viviría momentos como los que está viviendo ahora con Axel. No te va a exigir más.

--si pero es que me siento mal utilizándolo.

--¡¡Axel es un premio para él, le estás haciendo un favor¡¡

Marcos le sonríe:

--¿me equivoco o a ti te gusta Axel demasiado?

Emilio se pone de pie, está muy nervioso:

--¡¡¿como crees¡?¡¡ ¡Axel es un invento... eres tú¡¡no, cómo me va a gustar¡¡

Emilio se da la vuelta para que Marcos no lea en sus ojos que se muere por él. Por los dos hombres que es. Marcos tampoco quiere profundizar en eso. No quiere saber que el chico que ve como un hermano está enamorado de él. Así que cambia de tema.

--por cierto, dejé el reloj que compré para David en una iglesia, a ellos les hará más falta que a David. Espero que no te moleste.

--claro que no, tú lo compraste.

--pero no quiero malgastar tu dinero.

--ya olvida eso. Nada me hará más feliz que compartir mi fortuna contigo.

--si mi  vieja se entera se muere.

--me encanta tener secretos contigo.

Marcos sonríe con cariño a Emilio al que cada vez le cuesta más disimular lo mucho que ama a su amigo

  













Con el amanecer, Marcos llega al lago de la hacienda de su amigo. Se desnuda y se tira al agua sonriendo. En medio del resplandor aparece el escultural Axel. Desnudo Axel recoge la ropa y va hacia el coche. Como no hay nadie camina desnudo con naturalidad. Abre el maletero, saca uno de los trajes de Axel y ahí, en medio de la naturaleza, se cambia. No quiere perder más tiempo. Entra en el auto. En uno de los bolsillos del saco tiene la hebilla. Lo besa:

--mi felicidad está en tus manos. Espero que no me falles.

El Guapísimo está muy nervioso.


A media mañana, Delafuente despierta a su hijo.

--papá ¿porqué me despiertas? es de madrugada.

Raúl se cubre la cabeza con las sábanas. No se quiere despertar.

--tu novio está al teléfono. Te ha llamado mil veces al celular y como no lo tomas ha llamado a la casa. Lo tienes enamorado del todo. No lo hagas esperar, no nos conviene

Raúl mira a su padre sorprendido:

--¿cual novio?

--¿como que cual novio? Con el que te vas a casar. Mientras tú te levantas yo hablo con él para concretar.

El hombre no puede decir nada ya que Raúl se levanta desnudo como un rayo y agarra el teléfono. No puede creer que Axel lo esté llamado.

--¿Axel eres tú?

--si, claro. Me gustaría hablar contigo.

Raúl, aunque Axel es frio, no puede ocultar su satisfacción y hace gestos de victoria.

--si claro. Nos vemos cuando quieras.

--¿puede ser ahora?

--¡ya estoy en camino!

Raúl cuelga. Su padre lo mira con reproche:

--¿porqué no me dejaste que hablara con él?

--porqué no era el momento.

Raúl está muy apurado, se quiere poner bien guapo para que el hombre caiga a sus pies.

--¿y estás seguro que todo va bien entre ustedes?

--¡¡si claro ya viste¡¡

Raúl habla desde el baño mientras se prepara para ducharse.

--pero es que pareció que la llamada te tomaba de sorpresa.

--claro que no y ya no me atores. Llegaré tarde a mi cita.

Raúl está muy ansioso. Le cuesta mucho controlarse cuando está ante Axel y tiene miedo que sus impulsos le hagan ganar una fortuna.


David entra en Presidencia a pesar que Adrián le dice que el Presidente salió.

--no importa, lo espero.

David se sienta en la silla del Presidente.

--dentro de poco este volverá a ser mi lugar pero como el dueño.

El hombre sonríe maquiavélicamente. En el perchero está el saco de Axel:

--estoy seguro que aún guarda mi reloj para dármelo y hacerse perdonar, lo haré sufrir ¡¡yo espero algo más que un simple reloj¡¡

Busca en el saco para asegurarse que lleva el reloj. Nota algo:

--seguro que me compró otra joya.

Al querer agarrar la hebilla siente un fuerte calambre.

--¿¿que es esto?

El hombre no se da por vencido y lo agarra:

--¡¡es precioso y es para mi¡¡

De repente la hebilla le quema la mano y lo suelta. Grita. Axel llega en ese momento.

--¿¿que haces con mi hebilla?

David le muestra la mano quemada:

--¡¡mira lo que me hizo tu maldita hebilla¡¡

Axel lo recoge y a David le sorprende que a él no le pasa nada.

--¿¡que significa esto? ¡¡la hebilla me quemó¡¡

--eso te pasa por tomar las cosas no son tuyas, largo¡¡

David se va furioso y Axel espera a Raúl ansioso. Raúl entra al rato. Los dos se miran con deseo. Raúl se muestra dulce.

--me gusto mucho que me llamaras.

--Es que te quería dar algo. Es una joya de mi familia.

Axel deja la hebilla en la mesa:

--agarrala es tuya.

A Raúl le brillan los ojos:

--¿¿para mi?

--si, tómala.

Axel espera ansioso la reacción de la hebilla mientras que Raúl extiende la mano para tomar su regalo










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